La baja tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida hacen que la población española tienda a un mayor envejecimiento, situación que, de no solventarse, derivará en lo que algunos demógrafos insisten en llamar «suicidio demográfico». Este incremento de la población mayor también conlleva un aumento de la dependencia, puesto que el 20,73% de la población de 65 años o más tiene dificultades para llevar a cabo alguna de las actividades básicas de la vida diaria.
Tanto el último padrón de habitantes como la Encuesta Europea de Salud del INE desprenden una serie de datos que obligan a reflexionar y tomar decisiones sobre el futuro de la sociedad española. Concretamente apuntan que de los 8.573.985 personas que han superado los 65 años, el 31,8% son mayores de 80 años, de tal manera que se estima que para 2050 la cifra de mayores se habrá duplicado, y casi la mitad de esa población tendrá más de 80 años. Para esa misma fecha, el número de personas centenarias ascenderá a 172.459, multiplicándose por 13 el número actual de personas de 100 años y más
Fuente: ABC