Experimentar un aumento o una pérdida de peso significativo podría elevar el riesgo de demencia en los ancianos, según sugiere un estudio que se publica en BMJ Open. De estudios anteriores se desprende una posible asociación entre los factores de riesgo cardiometabólicos (tales la hipertensión arterial, colesterol e hiperglucemia) y la demencia. Sin embargo, la asociación entre el índice de masa corporal (IMC) en la edad avanzada y el riesgo de demencia sigue sin estar clara.
Fuente: Diario Médico