Científicos suizos e italianos han demostrado una correlación entre la microbiota intestinal y la aparición de placas amiloides en el cerebro, típica de la enfermedad de Alzheimer, que es la causa más común de demencia.
Todavía incurable, esta patología afecta directamente a casi un millón de personas en Europa, e indirectamente a millones de miembros de la familia, así como a la sociedad en su conjunto. En los últimos años, la comunidad científica ha sospechado que la microbiota intestinal desempeña un papel en el desarrollo de la enfermedad.
Según este nuevo trabajo, publicado en la revista Journal of Alzheimer’s Disease, las proteínas producidas por ciertas bacterias intestinales, identificadas en la sangre de los pacientes, podrían, en efecto, modificar la interacción entre los sistemas inmunológico y nervioso y desencadenar la enfermedad. Estos resultados permiten prever nuevas estrategias de prevención basadas en la modulación de la microbiota de las personas en situación de riesgo.