Depresión “post mortem”: la delgada línea entre duelo patológico y depresión

El que se va para siempre es el que pierde. El que se queda se enfrenta a uno de los momentos más duros de la vida. Entre seis y doce meses se considera el plazo “natural” para poder asimilar el dolor causado por la pérdida de un ser querido. A partir de ese periodo de tiempo, el duelo puede derivar en depresión.

Fuente: EFE Salud

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