Diseñada una técnica para detectar el autismo a partir de un simple análisis de sangre

A día de hoy, el diagnóstico de los trastornos del espectro del autismo (TEA) solo se establece cuando el niño manifiesta de una forma patente los síntomas del comportamiento característicos del autismo, caso de un déficit en la comunicación, de la dificultad para una correcta integración social, de una dependencia exagerada de las rutinas, o de una gran intolerancia ante los cambios o a la frustración. Tal es así que el diagnóstico resulta muy complejo y requiere de la intervención de distintos especialistas, lo cual requiere tiempo. Sin embargo, y más allá de los patrones del comportamiento, los niños con TEA presentan, frente a aquellos sin el trastorno –los denominados ‘neurotípicos’, esto es, que no manifiestan un comportamiento autista u otros comportamientos neurológicos atípicos–, diferencias en ciertos procesos metabólicos.

Fuente: ABC Salud

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