Los implantes cerebrales suelen estar hechos de metal y otros materiales rígidos que con el tiempo pueden causar inflamación y la acumulación de tejido cicatricial. Por ello, un equipo estadounidense ha trabajado en el desarrollo de implantes neuronales blandos y flexibles que puedan ajustarse a los contornos del cerebro sin someterlo a esos riesgos y que sean capaces de vigilar la actividad cerebral durante períodos más prolongados.
Fuente: Neurología.com