Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL, por sus siglas en inglés), en Reino Unido, han descubierto una proteína que tiene un papel previamente desconocido en el envejecimiento de las células. Los autores esperan que los hallazgos puedan un día llevar a nuevos tratamientos para el envejecimiento y el cáncer incipiente.
Los órganos y tejidos en nuestros cuerpos están formados por un gran número de células, sin embargo, se han encontrado varias células anormales previamente en tejidos derivados de pacientes ancianos y en las etapas iniciales del cáncer. Estas células en particular sufren una detención del crecimiento denominada senescencia, que se cree que afecta a cómo funciona el tejido. Las células senescentes no proliferan, pero logran comunicarse con sus células vecinas, principalmente a través de la liberación de proteínas inflamatorias.