Manual COVID-19 para el neurólogo general

No han transcurrido ni cuatro meses desde que la oficina china de la OMS era informada de la existencia de casos de neumonía de etiología desconocida en la ciudad de Wuhan. Nadie podía imaginar que aquellos pocos casos se iban a transformar en una pandemia del calibre de la originada por la COVID -19. En tan poco tiempo, el virus se ha propagado a todos los países del globo, infectando hasta la fecha a más de dos millones de personas y provocando el fallecimiento a más de 150.000. Desafortunadamente, nuestro país está siendo uno de los más afectados por esta tragedia, que ha puesto en jaque el orden mundial y en el límite a muchos sistemas de salud, incluido el nuestro. Más de la mitad de la población mundial se ha tenido que recluir en sus casas, la vida cotidiana se ha paralizado en la mayoría de los países y el mundo ha dejado de ser global porque ya no podemos desplazarnos con libertad ni siquiera alrededor de nuestras casas. Era impensable que un mundo que funcionaba a velocidad supersónica pudiera pararse, pero el nuevo coronavirus lo ha frenado súbitamente.

El cuadro clínico de la COVID-19 es fundamentalmente respiratorio, pero en muchos casos aparecen síntomas neurológicos como cefalea, anosmia o algias musculares. Además, se están describiendo múltiples perfiles clínicos con afectación del sistema nervioso central y periférico cuya frecuencia y alcance están aún por determinar. Por otra parte, la invasión de los hospitales por enfermos de COVID-19 y las medidas de confinamiento que se han puesto en marcha para evitar la propagación del virus han provocado un cambio absoluto en nuestro modo de trabajo. El desbordamiento de los hospitales ha obligado a que muchos neurólogos se hayan incorporado a la primera línea de lucha frente al virus, trabajando codo con codo con internistas y neumólogos. En la mayoría de los centros, los Servicios de Neurología se han tenido que organizar en equipos independientes para evitar los contagios, y aun así, muchos compañeros se han infectado. Las consultas externas prácticamente se han paralizado, recurriendo a múltiples formas de telemedicina para las que nuestro sistema de salud no estaba preparado. En definitiva, los neurólogos hemos sido sacudidos, como la mayoría de los profesionales sanitarios, por esta terrible tragedia.

En la Sociedad Española de Neurología, y desde el inicio del problema en nuestro país, hemos pensado que debíamos proporcionar a nuestros socios información e instrumentos que les ayudarán a combatir mejor la pandemia.

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