La estimulación cerebral profunda (ECP) vive una época de expansión de sus aplicaciones. La amplia experiencia y los buenos resultados obtenidos en pacientes con trastornos del movimiento -especialmente, Parkinson y otras patologías que causan temblor- han animado a diferentes grupos de investigación a explorar su utilización en otras patologías, en las que cambian las regiones cerebrales que se quieren modular, pero la idea central es la misma:actuar sobre los circuitos cerebrales que no funcionan bien.
Fuente: Diario Médico.com