En los días más duros de la pandemia de coronavirus en España, poco después de que el Gobierno decretara el estado de alarma, un mensaje se repetía constantemente en las comparecencias televisadas del presidente Pedro Sánchez: “El virus no entiende de fronteras, territorios ni ideologías”. Era la respuesta del Estado a las peticiones de algunas autonomías de confinar totalmente la ciudad de Madrid, que en aquellos momentos concentraba la mayoría de los casos.