“En el hospital hemos vuelto a una pseudonormalidad, estoy feliz con mi servicio y con mis pacientes y, sin embargo, mi salud mental está por los suelos. Cualquier cosa mínima me produce ansiedad, estoy irascible y desconectado y, por primera vez, tengo insomnio de despertar precoz”. Manifestaciones de este tipo se reproducen, casi constantemente, entre la mayoría de los profesionales sanitarios que han asistido directamente a los enfermos de la Covid-19, viendo sus subidas y bajadas, sus sufrimientos y soledades e incluso su muerte, tan rápida e inesperada en tantos casos, que bloqueaba cualquier atisbo de lucha y esperanza.
A la brega diaria con los pacientes infectados se han sumado sus propias inquietudes: el miedo a contagiarse, a infectar a sus familias, a la enfermedad y a la muerte porque muchos han asistido también a la pérdida de compañeros y amigos, con nombres y apellidos, con diferentes edades y condiciones, que un día trabajaban a su lado y al siguiente ya no estaban: 76 sanitarios fallecidos por la Covid en España, país que encabeza la lamentable lista de sanitarios contagiados, muy cercana a los 49.000.
Fuente: Diario Médico