La práctica de ejercicio, no cabe ninguna duda, es muy buena para la salud. Una realidad constatada por multitud de estudios que han demostrado que las personas con una buena condición física tienen un menor riesgo de desarrollar numerosas enfermedades, entre otras las cardiovasculares, la obesidad, la diabetes o el cáncer. Además, el beneficio del ejercicio es patente a todas las edades, también en las más avanzadas. Y ahora, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) suma una nueva evidencia a las bondades del ejercicio: las personas que permanecen muchas horas sentadas y no lo compensan con la práctica de ejercicio experimentan un envejecimiento celular acelerado. O así sucede, cuando menos, en las mujeres longevas.
Como explica Aladdin Shadyab, director de esta investigación publicada en la revista «American Journal of Epidemiology», «nuestros hallazgos muestran que las células envejecen de forma más rápida con un estilo de vida sedentario. El resultado es que la edad cronológica no siempre coincide con la edad biológica».
Fuente: Canal Salud (ABC)