La enfermedad de Alzheimer es una patología neurodegenerativa provocada, además de por la formación de ovillos neurofibrilares de proteína tau, por una acumulación en el cerebro de placas de proteína beta-amiloide que resultan altamente tóxicas para las neuronas. Tal es así que la detección de estas placas de beta-amiloide en el cerebro constituye a día de hoy la única forma de diagnosticar precozmente la enfermedad, incluso décadas antes de que aparezcan sus síntomas –por lo general, la pérdida de memoria y la confusión–. El problema es que la detección temprana de estas placas, si bien posible, resulta muy compleja y excesivamente cara. Sin embargo, esta situación podría cambiar drásticamente en un futuro próximo.
Fuente: ABC Salud